JUBILADOS MAS POBRES, TRABAJADORES PRECARIZADOS Y DEMOCRACIA DE BAJA CALIDAD
El debate legislativo que vino a
modificar el sistema previsional de córdoba, recortando jubilaciones y
pensiones, trae a la superficie las tensiones que surcan nuestra provincia.
Ante que nada debemos saber que un sistema
previsional es un “pacto intergeneracional” que implica que las jóvenes
generaciones sostienen a los que ya dejaron de trabajar y merecen disfrutar de
un descanso.
Nuestra Caja de Jubilaciones es una orgullosa
sobreviviente de la córdoba del siglo pasado: diversa económicamente, con
industria liviana, agroindustria, turismo, y un sector público nacional y
provincial que realizaron grandes inversiones en desarrollo, educación e
infraestructura. Es por eso que siempre nos hemos opuesto a su armonización con
el sistema nacional.
Por esta razón las últimas reformas
jubilatorias vienen a redefinir ese “pacto intergeneracional” de una manera
gravosa para quienes se jubilarán en el futuro.
¿A qué se debe esa redefinición? En primer
lugar a que el modelo neoliberal, que se aplica desde la década del noventa en
nuestra provincia, impulsa relaciones laborales precarias que carecen de
aportes previsionales y de estabilidad laboral, situación que disminuye la
cantidad de aportantes al sistema y un empobrecimiento de la clase trabajadora
activa. En segundo lugar promueve el endeudamiento en dólares del estado con el
sector financiero que ante una devaluación brusca, como la que sucedió desde
mediados del año pasado, desestabiliza las finanzas provinciales. Este “juego
de pinzas” de las políticas económicas neoliberales nos lleva a tener más
trabajadores activos sin derechos y con salarios bajos y a tener jubilados y
jubiladas con menos haberes, es decir más pobres.
Otro aspecto que desnuda el debate
de la ley previsional es nuestra baja calidad democrática. Los cordobeses
fuimos testigos de cómo se sanciona una ley: proyecto de ley que se conoce el
mismo día, debate exprés, ciudad cerrada y sin consultar ni siquiera a un
centro de jubilados. En solo 10 horas el gobernador sanciono una ley que
modificó las condiciones de vida de 100 mil personas.
La reforma de la constitución
provincial del año 2001 que creo la unicameral, estableció un sistema de
representación que garantiza una mayoría de legisladores para el oficialismo
que no guarda proporcionalidad con la cantidad de votos obtenidos; además
unificó la duración de los mandatos con el de gobernador y elimino las
elecciones de medio término para renovar la cámara.
Esta situación provoca en los hechos
que el gobernador de córdoba tenga durante toda su gestión mayoría legislativa,
y que además su gobierno no sea sometido a una valoración de medio término por
parte de la ciudadanía. Puede por tanto impulsar las leyes que desee asegurando
su aprobación., puede en tiempo exprés aprobar desde la Ley de “presupuesto”
hasta designar a quien le plazca como miembro del Tribunal Superior de
Justicia. En consecuencia la
Constitución blinda al Poder Ejecutivo de las demandas de aquellos que se
sienten perjudicados por sus decisiones.
Esto es así porque la Constitución
Provincial fue reformada bajo la influencia del pensamiento neoliberal, muy a
la chilena, que limita la participación popular y el ejercicio de la soberanía
popular y en consecuencia tiene pocos contrapesos que limiten las facultades
del poder ejecutivo.
La nueva ley previsional es hija de
estas circunstancias y eleva a la superficie nuestras tensiones. Por un lado
emerge una sociedad cordobesa plural, diversa y tolerante, que promueve debates
democráticos y exige el reconocimiento de nuevos derechos, como los derechos de
las mujeres, la defensa del ambiente, del trabajo y la lucha contra la pobreza.
Por otro lado tenemos una constitución que se parece poco a esa sociedad que
emerge, ya que sus herramientas institucionales son un obstáculo para que las
demandas populares tengan un canal de expresión y sobre todo para que puedan
influir en las decisiones de los gobernantes.
Para tener una sociedad con más y
mejor democracia debemos reformar y mejorar nuestra constitución; caso
contrario el pueblo solo opinara cada cuatro años y tendremos más episodios
como la sanción de la ley previsional, que redefinen el pacto intergeneracional
que antaño nos enorgullecía, y que solo nos propone un futuro de jubilados más pobres,
trabajadores precarizados y democracia de baja calidad.
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